Hoy cuando en algunas regiones
del país; a lo que no escapa Guacara, aparecieron enfermedades que han causado alarma dentro de
la población y casos de muertes por un virus o bacteria desconocida,
actualmente en estudios por parte de la comunidad científica, la alarma se ha
encendido y se busca afanosamente los medicamentos para su tratamiento, pero es
el caso de que estos, y ante el avance
de la enfermedad, a la cual unos la llaman influenza; dengue, chicungunya ,
zica, en su mayoría han desaparecido de los anaqueles de las farmacias.
Debido a la escasez de medicinas,
la gente está acudiendo a recetarse por sí misma, que no es lo más recomendable
por los médicos, ya que pudiera ser peor el remedio que la enfermedad, pudiendo
agravársele el padecimiento.
Esto nos hace recordar y
trasladarnos en el tiempo hacia la Guacara rural; principios del siglo XX,
cuando se desconocía de medicamentos apropiados para tratar algunas
enfermedades y se acudía a métodos rudimentarios para su tratamiento. En el
caso de la gripe se utilizaban bebedizos o infusiones preparadas con malojillo,
limonadas, cilantro de monte, té de ajos, brusca, pasote, etc. Y a los muchachos
como prevención se les colocaba atada al cuello una cabuya, de la cual pendía
una bolsita que llevaba en su interior una porción de alcanfor para evitar
contagiarse con quien la portaba en ese momento, y en las habitaciones se
colocaba debajo de las camas, para inhalarlo mientras se dormía y alejar
igualmente la gripe.
Pero lo más rudimentario era lo
que se utilizaba para alejar la abundante plaga que existía y que en las noches
calurosas se propagaba aún más. Se iba hasta los corrales de ordeño en el pueblo
o al matadero, y allí se recogía la “bosta de ganado “se llevaba hasta los
hogares, se colocaba sobre una lata cerca del corredor de la vivienda, se le
prendía fuego para que el humo esta producía alejara los zancudos y se pudiese
dormir plácidamente durante toda la noche.
Cuando aparece un producto
llamado caracol y después llamado plagatox, desaparece la
costumbre de usar la bosta de ganado. Lamentablemente en nuestros días escasean
las medicinas, y no encontramos con que combatir el zancudo que está propagando
las enfermedades recientes, ojalá que las primeras lleguen pronto a las
farmacias y aparezcan en los supermercados los productos para combatir esa
plaga.
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