viernes, 9 de septiembre de 2016

Pesca con sacos de Yute

Tuve cierto tiempo desconectado de las redes por motivos ajenos a mi voluntad pero hoy retomo de nuevo para escribir,.. y si algo me apasiona es esto, y no por pretender ser un escritor experimentado, pero lo hago como cualquier escribidor que le despierte la musa... Se que todo lo que uno escribe no puede gustar a todo el que lo lee, y eso nos pasa a todos, pero como para todos hay, hoy les voy a echar un cuento de la Guacara de ayer. Y todo esto me lo inspiró el haber leído ayer jueves acerca del desbordamiento del río Guacara. Por qué sucedió, porque habitantes cercanos a su cauce,al igual que las autoridades incompetentes,llámese alcaldía o cualquier ente gubernamental lo que menos le importa son sus ciudadanos...,bien pero vamos al cuento,el cual titulo  ´¨ Pesca con sacos de Yute¨*
En un pueblo rural de los años cincuenta y sesenta los muchachos acostumbraban irse al río Guacara, caudaloso para la época, imagínense ustedes que se podía navegar en pequeños botes o canoas, desde su nacimiento en Vigirima hasta su desembocadura en el lago de Valencia que, por cierto los guacareños no lo llamaban lago, sino la laguna.Allí en el lago se pescaba la apetitosa guabina, un pez con muchas espinas pero que en un sancocho resultaba apetitoso, y frito en una sartén  acompañado con yuca lagunera,ni se diga.Pero a lo largo del río los bagres,sardinas y corronchos, hacían del plato de los guacareños un verdadero manjar. Pequeños anzuelos provistos de una plomada que se compraba en la bodega más antigua de Guacara, la de César Herrera,engarzado en un guaral y colgado de una vara de bambú constituía la herramienta de los zagaletones, quienes sacaban lombrices en la misma orilla del río para engañar los peces al colocarlas como señuelos. Pero,a los muchachos les era mucho más fácil agarrar entre dos un saco de yute,meterlo debajo de las raíces y sacarlos con los bagres,corronchos y sardinas para llevarlos para la alimentación de la familia. Claro está, esto cuando las aguas del río se podían hasta consumir y bañarse en ellas. Hoy, el crecimiento poblacional, la ignorancia y desinterés de quienes nos desgobiernan,hacen que el río y el planeta vayan desapareciendo poco a poco. Guabinas,bagres,corronchos y sardinas,ya ni se ven, y el lago de Valencia,otrora navegable y productor de peces,languidece bajo promesas incumplidas contaminándose cada día mucho más.Una verdadera lástima.

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